¿Qué sucede en Medio Oriente?
Por Clemente Rodríguez Urbina[1]
¿Por qué debería importarnos una región política tan distinta culturalmente a la nuestra y tan alejada de nosotros geográficamente? Para poder responder mejor esta pregunta, es necesario saber quienes conforman el medio oriente y cuál son sus características históricas, políticas y sociales más resaltantes.
El “Gran Medio Oriente”[2]
El medio oriente está conformado en su mayoría por países que profesan la religión musulmana, salvo Israel; estado creado por y para los judíos en 1948. La mayor parte de los países que lo constituyen van desde monarquías absolutistas hasta democracias seculares. Los autoritarismos en la región corresponden a países Arabia Saudí y del resto de países del golfo, pasando por regímenes “híbridos” [3] como el Egipto, -que ha dado recientemente unos tímidos pasos hacia una democracia pero aun con un fuerte rol de las fuerzas armadas- hasta los regímenes democráticos seculares: Israel, Turquía y hasta cierto punto, Líbano.
En la mayor parte de estos estados, el islam tiene un rol socio-político muy fuerte. Esto se debe a que durante siglos, los diversos imperios y estados existentes en el Medio Oriente -desde el primer Califato hasta el Imperio Otomano- los países basaron su sistema legal en la Sharia, la ley islámica que se encuentra en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes.
Uno de los imperios islámicos más importantes fue El Imperio Otomano. Su caída inminente en 1923, dio lugar a la creación de varios estados nuevos en la región: Turquía, Jordania, Iraq, Líbano, Siria, Chipre, Palestina, etc. A partir de entonces, salvo Turquía, -que se conformo como una republica secular e independiente- el resto de países estuvo de una u otra forma bajo el dominio de las potencias coloniales europeas gobernadas por reyes títeres impuestos por Reino Unido y Francia.
Durante la guerra fría, los regímenes coloniales fueron reemplazados por autocracias y en la mayoría de casos en dictaduras militares desde los años 50. Estas dictaduras basaron su legitimidad en el anti-colonialismo, el nacionalismo, el pan arabismo y el socialismo. No obstante, estos regímenes en Egipto, Siria, Libia, Iraq, Túnez, fallaron en sus proyectos nacionales y esto dio lugar al crecimiento en influencia de los grupos integristas islámicos desde los años setentas, que buscaban volver a los “tiempos gloriosos del islam” y reemplazar a las dictaduras con regímenes islámicos basados en el Corán y la Sharia. El caso más ejemplar es la revolución Iraní del 1979, que expulso al Sha y se desalineo de occidente.
Los islamistas, como se les califica en occidente, ganaron mucho apoyo e influencia durante los 80s y 90s en los países árabes y en países no árabes pero islámicos como Turquía, canalizando el descontento popular ante la corrupción, la carencia de partidos opositores reales y el nepotismo de estos regímenes, entre otros factores que hacían que la calidad de vida de la gente sea muy baja y que mantenían a muchos en la pobreza.
Las revueltas árabes trajeron el colapso de regímenes en Libia y Túnez, y se dio una apertura política importante en Egipto, aunque los militares siguen teniendo mucho poder. En el resto de países, salvo los estados del golfo, se dieron algunas reformas políticas importantes pero los regímenes se mantienen estables. En el caso turco, dado sus contingencias propias, los islamistas se han integrado al sistema y aparentemente no buscan subvertirlo, pero esta democratización está todavía en marcha.
No obstante, la inestabilidad social y política continúa. A esto habría que añadirle la presencia israelí en la región, y cuyos últimos gobiernos han tenido una actitud mucho más confrontacional con sus vecinos árabes y musulmanes. El descontento que genera la política interna –hacia los palestinos- y externa –apoyando regímenes dictatoriales, habiendo iniciado guerras o ataques preventivos en el pasado y ahora ultimo, amenazando a Iran acerca de su programa nuclear- solo contribuye al precario equilibrio existente en el área.
Es importante prestar atención a lo que ocurre en el Medio Oriente debido a que es la principal región productora de petróleo del mundo. Por otro lado, los países de la zona poseen la mayor parte de las reservas de petróleo mundiales y un poco más de la mitad de las reservas de gas natural del globo. Adicionalmente, 40% o más del petróleo transportado pasa a través del estrecho de Ormuz, el Canal de Suez y puertos en el mar rojo.
De ocurrir un gran conflicto entre ellos (Iran - Israel o Egipto - Israel) o con algún otro actor externo (EEUU), o de ser derrocados los regímenes en países como Arabia Saudí por extremistas islámicos, los precios del crudo podrían elevarse muchísimo, paralizando e incluso llevando a una crisis energética y económica extremadamente seria al resto de países del mundo. Otras fuentes de preocupación son el destino del arsenal de armas químicas de los sirios, que podría caer en manos de terroristas o contrabandistas, y el crecimiento de la influencia de grupos integristas aun más radicales como los salafistas. Lo que podría llevar a una nueva ola de ataques contra occidente.
Es necesario que países como el Perú mantengan en la medida de lo posible buenas relaciones con los países árabes y siga una política externa lo mas autónoma posible, sin que se rompa con Israel ni se cierren las puertas a cooperar con los árabes, como hasta el momento hemos venido manteniendo. Es necesario entender que el mundo islámico y por ende el mundo árabe, no es un bloque monolítico ni fanático obsesionado con destruir a todos los que no comparten su fe. El mundo musulmán es variado y mayoritariamente moderado, aunque conservador y profundamente religioso, a diferencia de Occidente.
Toda manifestación de violencia o descontento tiene explicaciones sociales y políticas más que teológicas o confesionales. Como América del Sur en su momento, algunos países árabes están dando sus primeros pasos hacia regímenes más representativos y democráticos, y esas transiciones tienden a ser accidentadas. Hay que entender la rabia y el discurso anti-occidental debido al apoyo de estos países hacia los regímenes que por años marginaron y empobrecieron a la gente.
Esto cobra más relevancia aun, si tenemos en cuenta que en menos de una semana se estará llevando a cabo en nuestro país la III Cumbre América del Sur – Países Árabes, que puede servirnos para abrir más mercados y diversificar el destino de nuestras exportaciones.
[1] Alumno de la especialidad de Ciencia Política de la facultad de sociales de la PUCP
[2] World Monitor, 2006 http://www.worldmonitor.info/regions/mena.html
[3] Como lo define la Ciencia Política, se refiere a regímenes políticos a medio camino entre el autoritarismo y la democracia con funciones mínimas