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El “Nuevo Egipto” Post- Mubarak

Publicado: 2012-10-11

Por Clemente Rodríguez Urbina

Hace dos meses, el nuevo presidente egipcio, Mohamed Morsi anuló una declaración constitucional impuesta por los militares y que restringía considerablemente sus facultades como jefe de estado. Adicionalmente, Morsi destituyo al General Tantawi, ex jefe del CSFA[1], a su jefe del estado mayor y a varios otros altos oficiales del ejército. Esta movida ha sido interpretada por varios observadores y analistas de diversas maneras. Para algunos, ha comenzado un primer paso hacia una apertura democrática real. Para otros, en especial para los sectores más liberales y para simpatizantes del “antiguo” régimen, se propaga la idea de un contra golpe institucional por parte de los islamistas, y que llevaría a Egipto a una teocracia liderada por la Hermandad Musulmana[2]. Pero ¿son dichas observaciones son correctas?

Para responder esta pregunta, hay que tener en cuenta que el ejército continúa gozando de una situación privilegiada y mantiene una gran influencia en la política egipcia. De no haber sido por el visto bueno del CSFA, es difícil pensar que hubiesen ocurrido las dos elecciones que tuvieron lugar hace unos meses. El ejército egipcio no tuvo ningún problema en reprimir con violencia las protestas post Mubarak y los primeros candidatos a las elecciones presidenciales fueron descalificados sin razón alguna por el comité ejecutivo electoral. El “establishment” liderado por el ejército y los grandes empresarios aun continua en el poder. Como mencionan algunos reporteros y analistas egipcios, lo que cayó en realidad es el “régimen policial” sobre el cual se apoyaba el poder de Mubarak, mas no la estructura subyacente. Se menciona que el ejército prefirió sacrificar una parte del régimen (a la policía y otras fuerzas de seguridad afines), en vez de arriesgarse a que el sistema en su totalidad se desmorone. De no haberse replegado las FF.AA., las protestas hubiesen continuado y radicalizado, y la situación política se habría tornado extremadamente tensa y polarizada, similar a lo que ocurrió en Siria antes de la guerra civil que hoy en día azota en dicho país.

Este “sacrificio” obedece a dos objetivos: En primer lugar, el ejército deseaba mantener aquella legitimidad de la que todavía goza frente a amplios sectores la ciudadanía. En segundo lugar, el ejército buscaba proteger sus intereses, como son el control de varias industrias claves para la economía del país, sus fuertes lazos con las elites económicas del país y etc., que le confieren un poder político de facto. Como evidencia de este poder que aun mantienen, el ex Mariscal Tantawi y su ex jefe de estado mayor fueron condecorados por el mismo Morsi y ahora se desempeñan como “asesores presidenciales”. Otra evidencia del poder de las FF.AA. es el nombramiento de oficiales más jóvenes en los cargos más altos del ejercito y que recibieron entrenamiento y educación en EE.UU.[3] Respecto a esto, varios portavoces de Washington han declarado que no se muestran preocupados ante estos nuevos nombramientos, ya que son oficiales que ellos conocen y que fueron a estudiar a academias militares estadounidenses. Así mismo, analistas locales tambien dicen que la “remoción” de Tantawi  habría contado con el visto bueno de oficiales más jóvenes de las FF.AA. Para estos últimos, fue inaceptable y peligroso que Tantawi haya venido descuidando el manejo de la misma institución por su deseo de entrometerse demasiado en política. Así mismo, otros parlamentarios y figuras políticas han acusado al presidente de haber cedido la cámara baja del parlamento a cambio de que el presidente recupere sus antiguas funciones.

Entonces, puede decirse que lo que ha ocurrido en Egipto es similar a una “transición negociada” a la democracia, como ha pasado muchas veces aquí en América Latina. Los Hermanos se habrían visto en la necesidad de negociar con el Ejército para evitar así un baño de sangre mucho mayor y para impedir que los egipcios orienten sus preferencias políticas hacia opciones radicales como son los Salafistas[4] (que en poco tiempo y sin experiencia política previa lograron un 27% de escaños en el parlamento frente al 42% del partido de los Hermanos), y para que no se clausure indefinidamente el parlamento y prohíban las elecciones. Como resultado de esta “transición”, puede decirse que el poder y el control político del país está de jure en manos de Morsi y el Partido de la Justicia y la Libertad[5], pero bajo la tutela y la supervisión de las FF.AA. y por los remanentes del régimen en el poder judicial y demás instancias del estado.

Se ha mencionado tambien que este es el comienzo de un bloque islámico en la región y ahora, Egipto y los países árabes, conjuntamente con Irán, estarían tramando la destrucción de Israel. Pero esta afirmación es incorrecta tambien. Por ahora, los islamistas de Egipto, (como en el resto de países árabes donde han llegado al poder) están más preocupados por los severos problemas económicos que afectan a sus respectivos países. Egipto no puede cortar relaciones con Washington, no solo por que el ejército se lo impediría, sino porque de hacerlo se les cerraría acceso a crédito y a beneficios económicos que Occidente podría proporcionar y que Morsi no está en capacidad de rechazar dada la precaria situación de la economía de su país. Por último, habría que recordar tambien la tradicional enemista y desconfianza existente entre las dos grandes ramas del Islam: los sunitas y los chiitas. Esta escisión es similar a la ocurrida en el cristianismo entre católicos y protestantes. Sin embargo, desarrollar las diferencias seria material de otro artículo y que esta columna no se plantea discutir.[6] Puede decirse que muchos Sunitas consideran a los Chiitas como herejes por diferencias en la interpretación teológica del Corán y otros aspectos del islam, etc. Volviendo a Egipto, de acuerdo a una reciente encuesta del PEW Research Institute, una mayoría de egipcios (principalmente suníes) no considera musulmanes a los iraníes[7], lo cual haría que una “alianza” Irán-Egipto sea políticamente inviable.

[1] Consejo Supremo de las FF.AA., la junta militar encabezada por los altos mandos militares egipcios, que asumió las riendas del país al poco tiempo de la caída de Mubarak

[2] El primer y más importante movimiento político del mundo islámico

[3] Casi la totalidad de altos mandos del ejército se ha formado y adoctrinado en los EE.UU. El ejército egipcio siempre se ha visto a si mismo como una fuerza vanguardista y modernizadora y secular.

[4] Los salafistas son una corriente ultraconservadora y puritanica extremista proveniente de Arabia Saudita.

[5] El partido formado por miembros de la Hermandad Musulmana

[6] http://www.bbc.co.uk/religion/religions/islam/subdivisions/sunnishia_1.shtml

[7] Mayoritariamente chiitas, es la segunda corriente más grande del Islam y podría decirse que son algo así como los “protestantes” del mundo musulmán.


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